AUTOR DEL BLOG DE LA UNIVERSIDAD DE DOGOMKA

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El cielo me ha fascinado desde que tuve uso de razón. A los 13 años de edad realicé un trabajo acerca del Sistema Solar en la escuela y gané un premio junto con mis compañeros Juan, Eugenio, Fernando y Modesto, mi tía Paqui me obsequió con mi primer libro de astronomía, escrito por José Comás Solá, estudiando este libro, nace mi vocación por la astronomía. Cada noche salía al campo para identificar y conocer las estrellas, solía llevar conmigo unos binoculares y pasaba largas horas viendo el firmamento. Mi madre me regaló mi primer telescopio. Me formé como matemático y estudié complementos de astronomía posicional y astrofísica teórica, colaboré escribiendo artículos tanto en inglés como en español para tres revistas: «Sky and Telescope» (EE.UU.); «The Astronomer» (R.U.) y «Tribuna de Astronomía» (España) entre 1982 y 1988. Actualmente tengo 60 años y estoy estudiando un posgrado sobre Historia de la Ciencia y la Tecnología, Filosofía de la Ciencia y Lógica en la UNED, estoy prejubilado.

lunes, 15 de abril de 2024

EL CIELO CIRCUMPOLAR

 

Crédito de la imagen: Roberto Bravo (AstroAfición) https://astroaficion.com/2013/07/09/el-cielo-de-verano/

Hay estrellas que nunca se ponen ni salen, siempre están en el cielo, danzando, formando círculos en torno al polo celeste, estamos definiendo las ESTRELLAS CIRCUMPOLARES [https://es.wikipedia.org/wiki/Estrella_circumpolar] y la región de cielo, que tiene forma circular (en realidad, casquete esférico al considerar la bóveda celeste como una esfera), donde se encuentran todas esas estrellas circumpolares se le denomina CIELO CIRCUMPOLAR. El CC tiene su origen en el polo celeste o eje del mundo y tiene un radio φ equivalente a la latitud del lugar del observador.


NORTE MAGNÉTICO, NORTE VERDADERO Y ESTRELLA POLAR
Nuestra estrella polar (hemisferio norte) es Cinosura (alpha ursae minoris) que los griegos llamaron con cariño «cola de perro» ya que esta estrella, en esos tiempos, a cierta distancia del polo, hacía un pequeño círculo en torno al polo que los marineros helenos y fenicios percibían y de ahí que les recordara al movimiento de la cola de un perro. En griego se escribe Κυνοσούρα y se dice /kinosúra/. En el hemisferio austral Sigma octantis es la estrella polar austral pero su magnitud es de  +5.5 (es de muy débil brillo). Cinosura se trasladó al nombre que recibió el carro de la Osa Menor en su totalidad, la estrella, hoy conocida como Polaris, en realidad, es un título accidental que tiene, pues no siempre será nuestra estrella polar, sino que con el paso de los siglos irá alejándose a partir del siglo XXII indefinidamente, para que otra estrella ocupe esta privilegiada posición, momento en el que quizás vuelva a recuperar su nombre original.

Un observador del hemisferio norte tiene que darle la espalda al norte y mirar hacia al sur debido a que en el horizonte norte siempre va a encontrar las mismas constelaciones y estrellas de manera permanente. Esa región celeste se denomina CIELO CIRCUMPOLAR BOREAL (CCB) y se calcula muy fácilmente. De igual manera, para el observador del hemisferio austral, tiene que dar la espalda al Sur, porque siempre encontrará las mismas constelaciones todo el año, ese es el CIELO CIRCUMPOLAR AUSTRAL (CCA) y para poder ver las nuevas constelaciones tiene que orientarse hacia el norte.

El cielo circumpular tiene forma de casquete esférico y en mapas se representa como un círculo de radio φ y que parte del polo celeste correspondiente al hemisferio del observador. Siendo φ la latitud geográfica del lugar, la altura del polo boreal tiene el mismo ángulo φ, que no es exactamente donde se encuentra la estrella Polar, pues esta gira a corta distancia en torno al eje del mundo a una distancia de algo más de medio grado, concretamente a 38' de arco, algo ligeramente superior al diámetro de la Luna llena (29') y que hasta el año 2.100 irá reduciéndose esta distancia hasta que nuevamente volverá a separarse cada vez más, todo ello, debido al efecto de la precesión de los equinoccios.

Mi latitud geográfica es 37º N, si deseas conocer las coordenadas de tu lugar de observación entra en: Cálculo de la declinación magnética en la Península y Baleares - Instituto Geográfico Nacional (ign.es) entonces, tomando una brújula, busco el norte magnético en el horizonte, el norte magnético difiere respecto al norte verdadero, se puede consultar la desviación magnética en el enlace anterior, en mi caso, me sale un desvío de 17' hacia el E. Por lo tanto, calculo 17' al E de donde me marca la brújula el Norte y así, conozco el  norte verdadero, luego elevo un ángulo de 37º desde el punto norte verdadero del horizonte utilizando un telescopio con montura ecuatorial y movimiento lento, así, el telescopio tiene que enfocar a la estrella Cinosura (Polaris) y si ponemos una retícula al ocular, encontraremos la estrella a una distancia del Polo Boreal o Eje del Mundo, en torno a los 38' de arco.

DEMARCACIÓN DEL CIELO CIRCUMPOLAR

Tomando un mapa del cielo adecuado (usando una fotocopia), podemos demarcar cuál es el cielo circumpolar para nuestro lugar de observación y así tener identificadas estas estrellas, que siempre veremos siempre en nuestro cielo.

La región circumpolar para una latitud templada es un círculo que parte desde el horizonte norte verdadero y se alza 2φ en altura. 

Así, para mi lugar de observación, siendo mi latitud de 37º, mi cielo circumpolar se alza a una altura de 74º, he aquí dos imágenes de mi cielo circumpolar separadas por seis horas o seis meses, siempre está girando en sentido E-W (E a la derecha) y gira a razón de una vuelta cada 24 horas (es el giro de rotación del planeta).






Para comprender la dinámica de la circumpolaridad, veamos ejemplos. Un  observador situado en el polo norte (o sur, es lo mismo) verá el polo celeste en su cénit, es decir, en el punto más alto del cielo, por encima de nuestra cabeza y el horizonte será prácticamente, el ecuador celeste, por lo tanto, el hemisferio completo que estaremos presenciando será siempre el hemisferio boreal, no habrá cambios en ese cielo, pues todo es circumpolar y gira rotacionalmente en sentido E a W, indefinidamente. No salen nuevas constelaciones ni se ocultan otras, como sucede en un cielo de latitud templada.


Si nos trasladamos al ecuador, no tenemos cielo circumpolar debido a que el polo norte es un punto cercano al horizonte norte verdadero y el polo sur es otro punto cercano al horizonte sur verdadero de tal modo, que el ecuador va desde el este hasta el oeste pasando por el cénit y contínuamente van entrando nuevas constelaciones de ambos hemisferios por el este y ocultándose otro tanto por el oeste. La fórmula nos lo dice, que siendo la latitud φ = 0º, el radio del círculo circumpolar es cero, en consecuencia, no hay cielo circumpolar para un observador ecuatorial. Estas mismas explicaciones son perfectamente válidas para cualquier otra latitud del hemisferio austral.

          EL MERIDIANO DEL LUGAR

Un segmento imaginario entre el punto N y  S que pasa por el cénit del lugar es el meridiano. Las estrellas pasan por el meridiano a su máxima altura o culminación superior y las estrellas circumpolares pasan dos veces por el meridiano, una por el punto más alto: culminación mayor y otra por el punto más bajo: culminación menor.

Nota sobre la imagen: Sólamente las estrellas circumpolares presentan dos culminaciones respecto al meridiano del lugar. La superior y la inferior, tal y como se observa en esta fotografía de larga exposición, donde las estrellas impresionan un arco de luz en un movimiento aparente (en realidad es la Tierra rotando) de algo más de una hora de exposición. Las estrellas giran aparentemente en torno al polo celeste, de Este a Oeste en el hemisferio boreal y de Oeste a Este en el austral.

Las estrellas no circumpolares sólamente hacen su paso por el meridiano en su culminación superior, es decir, a su máxima altura sobre el horizonte local. El Sol, define las estaciones en función de sus culminaciones a lo largo del año y ello es debido a que la inclinación del eje de la Tierra varía a lo largo de su órbita hasta un máximo de 23º 27'. 



Imagen: Para un observador del hemisferio norte, el Sol alcanza su máxima culminación sobre el meridiano (su mayor altura) al comienzo del solsticio de verano, de ahí que los rayos caigan más perpendicularmente y se eleve la temperatura en superficie, además, permanece más horas en el cielo, muy al contrario que en invierno que alcanza escasa altura y permanece menos tiempo en el cielo. 

EL CIELO VISIBLE Y EL CIELO NO VISIBLE

Al igual que tenemos un cielo circumpolar donde todas sus estrellas son visibles todas las noches del año, hay un cielo que el planeta nos impide contemplar, un cielo no visible, se trata del CIELO CIRCUMPOLAR OPUESTO, en este caso, para un observador boreal es el CIELO CIRCUMPOLAR AUSTRAL (CCA). 

Vamos a calcular cuál es la declinación austral máxima que podemos ver sobre el horizonte sur desde un punto de observación norteño.

LA DISTANCIA CENITAL es el ángulo complementario a φ, que es por otro lado, nuestra latitud geográfica. Como ángulo complementario, restamos a 90 el ángulo, es decir:

90 - φ

Si mi latitud es +37º N, la distancia cenital es 90 - 37 = 53º

Esto significa dos cosas:

1. Toda estrella cuya declinación sea superior a 53º N será una estrella circumpolar boreal, luego estará permanentemente visible para el observador norteño.
2. Toda estrella cuya declinación sea inferior a 53º S será una estrella circumpolar austral y estará permanentemente invisible para el observador norteño.

Si tomamos un observador que viva a una latitud austral de 30º S, como podría ser en Coquimbo (Chile) o Porto Alegre (Brasil) tenemos que la distancia cenital será de 90 - 30 = 60º

Esto se interpreta que:

1. Toda estrella cuya declinación sea superior a 60º N será una estrella circumpolar boreal, luego estará permanentemente invisible para el observador sureño.
2. Toda estrella cuya declinación sea inferior a 60º S será una estrella circumpolar austral y estará permanentemente visible para el observador sureño.

DE CÓMO DESCUBRÍ A CANOPUS DESDE MI CASA EN EL HEMISFERIO NORTE

Es una buena idea tomar un mapa estelar con una proyección ortogonal tipo Mercator y marcar a rotulador la línea que marca la declinación limitante entre cielo visible y cielo invisible. De esta manera, descubrí accidentalmente que desde mi casa, en dirección SUR y mirando al mar (horizonte inferior al matemático por efecto de curvatura de la superficie terrestre y mi altura de visión), encontré a muy baja altura sobre el horizonte, la estrella Canopus, desde mi latitud en Málaga (España) φ = 36º 43'    90 - φ = 53º 17'

Canopus (Alfa carinae)   δ = 52º 41'  45"  magnitud aparente 0.72
La altura máxima de Canopus sobre mi horizonte es la diferencia entre su declinación y la distancia cenital local.

53º 16'  60"                 52º 76'
52º 41'  45" (-)            52º 41'
________                 _____
               15"                         35'

Así, la altura máxima de Canopus es de 35' 15", prácticamente el diámetro de una luna llena, sin embargo, debido a la extinción de la luz por la atmósfera terrestre, la magnitud de esta estrella era superior a 3, y pude observala a través de binoculares, a simple vista es casi imposible, debido a el efecto de extinción por un lado y al exceso de humedad marina por otro.🔭







sábado, 13 de abril de 2024

INVITACIÓN AL CIELO DE PRIMAVERA (I)

 

En la imagen se observan las constelaciones que podemos contemplar mirando hacia el sur, si estamos en el hemisferio norte. Los observadores australes verán esta misma imagen pero al revés, mirando hacia su horizonte norte. Destaca Régulo, «el corazón del León», bien alta en el cielo, a más de 50º y por el cénit va pasando la gran constelación de la Osa Mayor. Hacia el cielo oeste nos encontramos las constelaciones invernales y posiblemente el hexágono de invierno ya no sea visible en su totalidad, Orión se ocultará cada día un poco más y le seguirán sus perritos y la liebre (Can mayor y Can menor), el Cochero se ocultará a finales de abril y tras él, Géminis y Cáncer, durante Mayo. Bajo el León se encuentra la gran constelación pero poblada de estrellitas débiles de quinta magnitud, se trata de la Hidra hembra y destaca su cabeza bajo la constelación del Cangrejo (Cáncer). La hidra tiene bajo su abrigo a la constelación de la Copa (Cráter) y del Cuervo (Corvus). En el cielo oriental ya está Arturo iluminando sin rival, Boyero (Bootes), Corona Boreal y la Caballera de Berenice (Coma Berenices) y la Virgen (Virgo) dominan el cielo este antes de la medianoche.

UNA INVITACIÓN AL CIELO DEL EQUINOCCIO DE MARZO

Las estaciones del año las hay de dos clases: equinoccios y solsticios. El equinoccio puede ser primavera u otoño y está marcado por un primer día en que la duración del día y de la noche es la misma, mientras que el solsticio puede ser verano o invierno y está marcado por una duración desigual entre día y noche. Respecto al Sol, los rayos calientan más cuanto más perpendiculares caigan sobre un lugar, así, si es primavera en el hemisferio norte es debido a que el Sol está ahora más cercano al norte y más alto en el cielo, por ello, hace mejor tiempo, las temperaturas aumentan por encima de los 20º C en latitudes templadas entre 30º y 40º N. Sin embargo, en el hemisferio sur, pasa todo lo contrario, el Sol está más bajo, por el horizonte norte y los días comienzan a acortarse, hace más fresco y suelen bajar las temperaturas hasta los 14º C en latitudes templadas entre 30º y 40º S. Así, la Tierra tiene simultáneamente dos estaciones, una que domina el hemisferio norte y otra que domina el hemisferio sur. Si estamos en la región orbital equinoccial, a partir del 21 de marzo, hay primavera al norte y otoño al sur. Y estoy escribiendo sobre el cielo que vamos a poder observar en el equinoccio de Marzo o primer equinoccio.

El observador norteño ve la constelaciones como yo las tengo puestas en las imágenes de la entrada, advirtiendo a los observadores sureños, que tienen que darle la vuelta a la imagen, girándola 180º y verán las constelación del revés a como las vemos nosotros, los norteños. 

A medida que se descienda en latitud, las constelaciones más bajas quedarán ocultas, como es el caso de la Osa Mayor (Ursa Major) donde el asterismo del Carro dejará de percibirse en latitudes muy australes, más allá de los 50º S. 

La diferencia entre cómo ve el firmamento un observador austral de otro que lo sea boreal es en la posición en la que se disponen las constelaciones, ambos observadores verán las mismas constelaciones exceptuando las circumpolares opuestas a cada cual, es decir, las circumpolares boreales no serán vistas por los observadores australes y las circumpolares australes no serán vistas por los observadores boreales. Así, una constelación ecuatorial como es Orión, a su paso por el meridiano, el observador boreal verá arriba a Betelgeuse y abajo a Rigel, mientras que el observador austral verá arriba a Rigel y abajo a Betelgeuse. 

Mientras que el cielo movible, el que presenta cambios con el tiempo, para el observador del norte es el horizonte sur y para el observador del sur es el horizonte norte.

Un bebé gateando sobre el piso, mira a su papá que está alzado frente a él y vé sus piernas en primer lugar, alzando la cabeza ve desde las piernas hasta la cabeza. Ese bebé es como el observador austral cuando mira una constelación.

Sin embargo, si la mamá lo alza en alto y jugando le hace sobrevolar a su papá, el bebé verá a su padre desde la cabeza hasta los piés, a esto me refiero cuando un observador ve del revés una constelación si está situado en el hemisferio opuesto a otro observador. Es una cuestión de perspectiva.

También es del todo cierto, que hay constelaciones exclusivas (unas pocas) para el norteño que el sureño no puede ver y viceversa. El cielo circumpolar boreal (CCB) es esa porción de cielo que siempre permanece permanentemente para un observador del hemisferio norte y que ningún observador del hemisferio sur no puede observar desde su lugar.

De todos nos es conocido que la constelación de La Cruz del Sur, no puede verse desde Europa, para poder verla hay que irse a un lugar subtropical como Cabo Verde o Mauritania en África, a latitudes inferiores a los 22ºN y cuanto más cercanas al ecuador se verá más alzada y mucho mejor, cuando descendamos en latitudes australes.

De igual manera, constelaciones como Casiopea, la Osa Menor y hasta incluso el asterismo del Carro de la Osa Mayor, son difícilmente apreciables o incluso invisibles para observadores australes.

Luego, dependiendo de la latitud del lugar, unas constelaciones nacen en distinto punto cardinal y se enconden en otros puntos cardinales diferentes, la orientación que toma la figura en el cielo, varía en ángulo, pero no varía su morfología especular, las distancias angulares son invariables entre las estrellas, salvo que se realicen mediciones precisas, pues en el universo, la quietud es una ilusión.

En Abril, el Sol se oculta en torno a las 21 de la noche (h.o.p.) [U.T. 19:00 Horario de verano]

[NOTA: h.o.p.= hora oficial peninsular de España. U.T.=universal time, es la hora oficial del primer meridiano (de Greenwich), el cálculo del horario para otros meridianos será sumar o restar el número de meridianos de diferencia a esta hora. España tiene dos horarios, el de verano y el de invierno. El de verano supone +2 horas respecto a UT y el de invierno +1 hora, el meridiano de España corresponde a la hora central Europea -Alemania- cuando por naturaleza le correspondería tener el horario de la Europa Atlántica -Gran Bretaña, Portugal-

Hasta las 22 horas no es noche cerrada y nos orientamos buscando el meridiano del lugar, que es la línea celeste imaginaria que hay entre polo norte y polo sur celestes (geográficos) mirando hacia el SUR.


Si regionalizamos el cielo, tomando tres partes. Es como si hiciésemos tres ventanales entre el Este y Oeste, que abarca 180º de cielo (un hemisferio). La parte central al punto Sur, entre SE y SW, hay 90º, que es la mitad de todo el cielo observable, esta ventana central nos ofrece la visión de las constelaciones típicas del mes de Abril, también consideradas, primaverales (u otoñales para los australes).

No son constelaciones que contengan estrellas especialmente brillantes como el cielo de Invierno o de Verano que poseen hermosas luminarias.

Así, la primavera boreal nos trae a Régulo (Regulus) la alfa del León, una estrella de primera categoría y ligeramente azulada (magnitud visual de +1.35), domina el escenario y es la más brillante de todas, además de ser, la alfa leonis. La constelación del León es fácilmente identificable, se nos presenta como un león reposando, mirando hacia arriba/oeste. La figura en forma de C, también conocida como La Hoz (en inglés: The Sickle) marca el inicio de estación cuando nace por el cielo oriental. Otra estrella brillante es Denébola, la beta del León que se encuentra en la cola (parte oriental de la constelación).

Por debajo del León, destaca otra estrella, aunque ya es de segunda categoría (magnitud 2), se trata de Alphard o Alfard, es la alfa de la Hidra hembra, se encuentra muy cerca de la cabeza de la hidra.
Y alzando la cabeza hacia el cénit nos encontramos con la Osa Mayor en todo su esplendor. Esta constelación se percibe en esta época del año, en su totalidad. El resto del año, para los norteños, cuando miramos al norte, podemos ver como mucho, el carro de la Osa Mayor, desde donde yo vivo, en el sur de España (latitud 33º N, durante el invierno queda prácticamente oculta). Para un observador londinense, o parisino, el Carro de la Osa Mayor permanece siempre en el cielo dando vueltas en torno al Polo Norte Celeste. 

Pero como es del todo incómodo mirar la Osa Mayor a su paso por el cénit, desde nuestro punto de observación hacia el sur, nos damos la vuelta, miramos al norte y ¡Siempre veremos desde el hemisferio norte, a la Osa Mayor, del revés!. Para un observador sud-ecuatorial o austral templado (0º a 35º S de latitud), podrá contemplar en toda su magnificencia, la Osa Mayor, al derecho, tal y como salen en todos los mapas del cielo, en las banderas como la de Alaska, el carro sale derechito.

La ventana derecha, la que hay entre SW y W e incluso más allá, hacia NW, nos presenta el CIELO DE INVIERNO, el que está en caida, es decir, las constelaciones que forman parte del HEXÁGONO DE INVIERNO (Orión, Liebre, Can Mayor, Can Menor, Auriga (Cochero), Gemini (Gemelos), Monoceros (Unicornio), Taurus (Toro), Carnero (Aries), etc. que están comenzando a ocultarse en la primera hora de la noche y que llegada la media noche, ya no estarán en el cielo, pasando pocas semanas, ya no se verán más, a esa misma hora, hasta pasado el año.

La ventana izquierda es la que nos muestra las nuevas constelaciones primaverales, en el cielo SE a E y hasta NE, es el CIELO DE PRIMAVERA que a partir de la sexta hora tras el anochecer será el CIELO DE VERANO. Mirando hacia el Este, contemplamos las nuevas constelaciones que entran en domicilio.

Entre las 21 y 23 horas de Abril, vemos el CIELO DE ABRIL: LEO, HYDRA, CRATER, CORVUS, URSA MAJOR, SEXTANS. 

Entre las 23 y la 1 hora de Abril, vemos el CIELO DE MAYO: BOOTES, CORONA BOREALIS, HERCULES, VIRGO, CAPUT SERPENS, DRACO, LYRA.

Entre las 1 y 3 de la madrugada en Abril, vemos el CIELO DE JUNIO y de principios de VERANO: LIBRA, SCORPIUS, OPHIUCUS, SERPENS, CYGNUS, SCUTUM, AQUILA, SAGITTA, VULPECULA.

Entre las 3 y las 5 de la madrugada en Abril, vemos el CIELO DE VERANO típico del mes de JULIO: SAGITTARIUS, DELPHINUS, EQUULEUS, LACERTA, CEPHEUS, PEGASUS (parcialmente).

Entre las 5 y 7 de la mañana en Abril, antes del amanecer, vemos el CIELO DE VERANO típico de AGOSTO y principios de SEPTIEMBRE: CASSIOPEIA, PEGASUS (en su totalidad), ANDROMEDA, CAPRICORNUS, AQUARIUS, PISCES (parcialmente, el Círculo de los Peces).

Y así procesiona el cielo sus constelaciones durante estas noches cálidas de primavera. 

Para los observadores del hemisferio sur, os explico las constelaciones exclusivamente australes que irán surgiendo a lo largo de las noches otoñales, lo pondré en letra marrón, y como es igualmente válido para las constelaciones boreales, lo dejaré repetido para que no tengan que leer más arriba.


Entre las 21 y 23 horas de Abril, vemos el CIELO DE ABRIL: LEO, HYDRA, CRATER, CORVUS, URSA MAJOR, SEXTANS para el cielo boreal. Del cielo austral podrán contemplarse (dependiendo de la latitud de tu lugar de observación) las siguientes constelaciones mirando hacia el sur: ERIDANUS (Achernar), CAELUM, HOROLOGIUM, RETICULUM, HYDRUS, PICTOR, COLUMBA, VOLANS, MENSA, TUCANA, OCTANS. Hacia el este y noreste estarán las constelaciones típicas veraniegas de ORION, CANIS MAJOR ET MINOR, GEMINI, TAURUS, CANCER, MONOCEROS y en el cielo oriental estará HYDRA, LEO, CORVUS, CRATER, VIRGO subiendo en altura, encontramos ANTLIA, PYXIS, ARGO NAVIS (VELA, PUPPIS, CARINA), CENTAURUS, CRUX, MUSCA, LUPUS.

Entre las 23 y la 1 hora de Abril, vemos el CIELO DE MAYO: BOOTES, CORONA BOREALIS, HERCULES, VIRGO, CAPUT SERPENS, DRACO, LYRA. El cielo austral mirando hacia el norte, estará pasando por el meridiano  VIRGO y mirando hacia el este encontraremos OPHIUCUS. Hacia el sur estarán las constelaciones bajo el CENTAURO y CRUX.

Entre las 1 y 3 de la madrugada en Abril, vemos el CIELO DE JUNIO y de principios de VERANO: LIBRA, SCORPIUS, OPHIUCUS, SERPENS, CYGNUS, SCUTUM, AQUILA, SAGITTA, VULPECULA. SCORPIUS pasando por el meridiano muy cerca del cénit, también estará HERCULES y OPHIUCUS dominando el cielo norteño, BOOTES y LYRA estarán bajas en el horizonte. Mirando hacia el sur veremos APUS, TRIANGULUM AUSTRALE, ARA, CIRCINUS, PAVO, INDUS, TUCANA y GRUS entre otras.

Entre las 3 y las 5 de la madrugada en Abril, vemos el CIELO DE VERANO típico del mes de JULIO: SAGITTARIUS, DELPHINUS, EQUULEUS, LACERTA, CEPHEUS, PEGASUS (parcialmente). Desde el cielo austral se verá hacia el este, el típico cielo invenal con PISCES AUSTRINUS, CAPRICORNUS, AQUARIUS, SCULPTOR, PHOENIX entre otras. Desde el horizonte norteño, SAGITTARIUS pasará por el meridiano y aparecen HERCULES y LYRA muy bajas en el horizonte.

Entre las 5 y 7 de la mañana en Abril, antes del amanecer, vemos el CIELO DE VERANO típico de AGOSTO y principios de SEPTIEMBRE: CASSIOPEIA, PEGASUS (en su totalidad), ANDROMEDA, CAPRICORNUS, AQUARIUS, PISCES (parcialmente, el Círculo de los Peces). Las constelaciones australes serán las del grupo anterior debido a lo extensas que son.🔭





lunes, 8 de abril de 2024

PARA APRENDER A IDENTIFICAR CONSTELACIONES, ASTERISMOS Y ESTRELLAS EN EL FIRMAMENTO


Os propongo una serie de juegos, el objetivo es aprender a reconocer y nombrar las estrellas visibles a simple vista y mejor, si cuentan con unos prismáticos.

Para ello, en la parte izquierda del blog, están editados los índices de los monográficos sobre constelaciones, no están todas, porque es un trabajo ingente y tardaré algunos años más en completarla, pero que en mi voluntad está realizar todo ese trabajo, mientras tanto, puedes escoger alguna de las constelaciones exitentes, teniendo en cuenta, la estación del año en la que estás, pues las constelaciones generalmente se ven en ciertos meses del año y en otros, no se ven.

Cada capítulo del monográfico suele tener un máximo de diez entradas, son secuenciales, es decir, hay que leerlos en el orden que están por una cuestión didáctica, principalmente. 

Una lectura sosegada es más que recomendable, es bueno ir tomando notas sobre nombres de estrellas, dibujar la constelación y situar las estrellas nombradas.

La observación debe de ser la práctica habitual tras una lectura, siempre, con los conceptos frescos, dirigir la vista hacia el cielo y buscar los asterismos que se exponen en cada artículo, recomiendo usar un cielo completamente despejado y buscar que la luz artificial no nos estorbe, ayudémosnos de un binocular para verlo todo mejor y no perdernos ninguna estrella débil más allá de la cuarta magnitud.

Podemos hacer una lista de estrellas en un formato pdf, donde integremos los datos más importantes: Nombre tradicional, nomenclatura Bayer, nomenclatura Flamsteed (opcional), otras nomenclaturas (Struve [Σ], Hipparcos [HIP], Bright Star Catallogue [HR] que se utilizan cuando no disponemos de las nominaciones anteriores y que suelen quedar relegados a estrellas débiles más allá de la 5.ª magnitud. En cada línea ponemos un cuadradito para hacer checarlos cuando la hallamos localizado e identificado en el cielo, podemos añadir algún comentario a bolígrafo para ayudarnos en una próxima observación. 

El siguiente paso en la observación celeste, será mediante el uso de un anteojo o telescopio, y así explorar los campos estelares partiendo desde lo conocido.

Un paso más en la afición, es buscar objetos de cielo profundo, observar planetas y dibujarlos, así como cometas, localizar algún asteroide, tratar de ver alguna estrella variable cómo realiza su variación de brillo a lo largo de un ciclo, tratar de ver estrellas dobles y múltiples, conocer la Vía Láctea, localizar nebulosas con ayudas de filtros o iniciarnos en la astrofotografía. La astronomía para el aficionado puede ser contemplada desde dos puntos de vista diametralmente opuestos: El aficionado a contemplar obras de arte (es mi caso particular) o el aficionado que comienza a estudiar los fenómenos astronómicos y que da parte de sus observaciones (esto se realiza en redes de observadores entre aficionados y asociados).

Dibujar, hacer mapas del cielo ex profeso para la observación que querramos hacer, el Atlas Estelar Cambridge de Wil Tirion es económico, está al alcance de todos y es una buena herramienta para fotocopiar, ampliar, copiar, llevarlo consigo, su ISBN es: 0-521-80084-6, de la edición de 2001, seguro que hay ediciones más modernas e incluso gente que vende este átlas de segunda mano, o mejor aún, si estamos en una sociedad astronómica, podemos solicitar copias de algún atlas celeste, en internet hay muchos mapas, pero son insuficientes.

Por otro lado, en la plataforma MEMRISE, tengo editado varios cursos, todos gratuítos, cuyos títulos y enlaces son los siguientes:

LOS NOMBRES DE LAS ESTRELLAS

https://app.memrise.com/community/course/5901273/los-nombres-de-las-estrellas/

ORIÓN se encuentra en el nivel n.º 8 de este curso, titulado: ESTRELLAS DEL AÑO NUEVO (ENERO), puedes comenzar el curso por el módulo que te convenga, cada uno está relacionado con un mes del año, este curso (al igual que los otros que hay) es para observadores del cielo en todo el mundo, observen desde cualquiera de los dos hemisferios.

LOS NOMBRES DE LAS CONSTELACIONES

https://app.memrise.com/community/course/5899555/los-nombres-de-las-constelaciones/

Las constelaciones oficiales del cielo tienen su nombre en latín (en caso nominativo), una abreviatura de tres letras y cuando se utiliza la designación de un objeto astronómico fijo (que no sea ni planeta, ni asteroide, ni cometa), se hace referencia a la constelación a la que pertenece, usando su nombre latino en caso genitivo (idea de pertenencia).

ASTERISMOS DEL FIRMAMENTO

https://app.memrise.com/community/course/6510603/asterismos-del-firmamento/

Los aficionados a las estrellas necesitan ayudarse del recurso del asterismo para reconocer el cielo y localizar los objetos para identificar y observar. Un asterismo no es una constelación, el concepto de constelación es ambiguo tal y como está considerado lexicográficamente por la R.A.E., una constelación es una porción de cielo, una superficie, oficializada con límites concretos y exactos en ascensión recta y declinación, hay 88 constelaciones y 89 superficies constelativas (Es el caso de Serpens, la constelación que es discontínua y aparece en dos superficies disjuntas: Cabeza y Cola (Caput serpens et Cauda serpens), pero ambas superficies son una misma constelación.

Un asterismo es una alineación de estrellas: recta, circular, poligonal, formando un cúmulo, mixta, etc.

Las constelaciones principales del cielo, además de tener una superficie en la bóveda celeste, cuentan con un asterismo principal. En el caso de Orión, el asterismo es el cazador, solemos identificar como una misma cosa: constelación y asterismo principal, pero la constelación es mayor y sus límites van más allá del asterismo. 


En esta imagen de Orión, observamos una línea que zigzaguea entre las estrellas más brillantes de la constelación, para determinar tres asterismos: el asterismo principal es el del cazador y consiste en la unión de dos trapecios invertidos uno respecto al otro y unidos a través de las tres estrellas del cinturón. En algunos asterismos de publicaciones de revistas y libros anglosajones, el asterismo del cazador no une la estrella de la cúspide, Meissa con las demás, quedando completamente abiertos, acabando en Bellatrix y Betelgeuse, para formar un cuadrilátero tipo romboidal, en vez del trapezoide que aquí se ha descrito.
Por otro lado hay dos asterismos secundarios unidos al principal, en la parte superior e izquierda, está la maza o garrote de Orión y en la parte superior y derecha están el escudo o piel de león.
Pero la constelación es toda esa superficie bordeada por la línea quebrada, donde las horizontales mantienen una ascensión recta constante y las verticales mantienen una declinación constante, así, todas las constelaciones del cielo tienen esta misma característica, se asemeja mucho a los límites existentes en los estados de EE.UU. de América.

El auge de las publicaciones periódicas para aficionados a la astronomía ha provomido la difusión y establecimiento de nuevos asterismos, pueden ser de diverso orden: 

* MACROASTERISMOS que contemplan varias constelaciones, como es el caso del Triángulo de Verano, el Triángulo de Invierno o el Círculo de Invierno, por ejemplo, para ayudar a identificar las estrellas más brillantes y que están presentes durante toda la estación.

* ASTERISMO PRINCIPAL DE CONSTELACIÓN  Que no todas las constelaciones poseen, por el simple hecho de que a simple vista, no somos capaces de distinguir estrellas a partir de la cuarta magnitud, y si es en un cielo contaminado lumínicamente, raramente pericibimos estrellas de tercera magnitud, así, el Carro de la Osa Mayor, es un asterismo identificativo de la constelación Ursa Major, pero en el caso de constelaciones como la Jirafa (Camelopardalis), Leo Menor (Leo Minor) o Lince (Lynx), aunque muchos mapas de estrellas contienen un asterismo principal y de hecho, se tiende a formalizar asterismos en todas y cada una de las constelaciones, en términos prácticos no nos sirve de mucho, andamos igual de perdidos que si no hubiese ninguna, pues si tomas unos prismáticos, observarás un montón de estrellas débiles y escasamente destacables, que sólo con la práctica y la constancia que la paciencia suele regalar, aprenderemos a conocer e identificar con un átlas en la mano. 

* ASTERISMOS SECUNDARIOS DE CONSTELACIÓN  Es la mejor manera de conocer una constelación, de hecho, los uso aquí para ayudaros, podéis consultar el monográfico sobre ANDRÓMEDA y veréis una cantidad de estos asterismos que ayudarán como señales de tráfico a conocer la disposición de las estrellas y objetos de cielo profundo, esto también ayuda mucho a la memoria para que llegado un momento, usemos un telescopio y disfrutemos la observación sin planisferios, ni APP's, ni átlas, una vez que nos hemos entrenado lo suficiente para tal fin. Como os dije antes, en Orión tenemos el Garrote y el Escudo, como asterismos secundarios.

ASTERISMOS DE BINOCULAR   Son formaciones muy compactas de estrellas débiles, suelen usarse para distinguir la disposición de un cúmulo abierto, por ejemplo, las Pléyades o las Hyades en la constelación del Toro o Tauro.

* ASTERISMOS DE TELESCOPIO   Menos frecuentes, como la Cascada de Kimble en Camelopardalis o el Perro de Davi en Auriga, son ayudas para conocer regiones muy pequeñas del cielo, generalmente, de menos de 1º de arco celeste, y están muy popularizados entre los aficionados, casi todos los que nos dedicamos a observar el cielo, nos creamos nuestros propios asterismos, son nuestras muletillas para recordar las disposiciones, en principio caóticas y sin sentido, de los campos estelares, algunos son tan bellos, que permanecen en nuestra memoria para siempre, en mi caso particular, suelo identificar un asterismo de telescopio (o de binocular) en tres parejas de estrellas dispuestas de forma triangular dentro de las Hyades, pues es una disposición que siempre me ha llamado la atención y mi mente me recuerda esta configuración a un circuito con resistencias de un motor, quizás por mi afición a la ciencia y a la técnica, mi mente me ha dado esa imagen, y el nombre con el que la definí en su día fue: «El circuito de las resistencias». Cada uno es libre de ver en el cielo lo que su mente le sugiera si ello le ayuda a conocer el firmamento. Hace unos años elaboré una página en la wikipedia en español sobre ASTERISMOS, por supuesto, han colaborado muchas personas en esta entrada, aquí pueden encontrar información interesante y ampliada sobre lo aquí explicado, este es su enlace:





LAS CONSTELACIONES DESAPARECIDAS

https://app.memrise.com/community/course/6078506/las-constelaciones-desaparecidas/

La uranografía histórica es muy interesante y apenas hay literatura en español sobre este tema, de hecho, todo cuanto he aprendido, ha sido mediante la lectura de libros en inglés. Lo que puedes encontrar en la wikipedia en español, prácticamente ha sido puesto casi todo lo que hay, por mí. 

De manera gratuita, cuentas con esta herramienta de aprendizaje en MEMRISE.


domingo, 7 de abril de 2024

EMPRENDIENDO EL VIAJE DEFINITIVO: EL SALTO AL ABISMO DE CARLOS CASTANEDA (EL LADO ACTIVO DEL INFINITO)

 




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EMPRENDIENDO EL VIAJE DEFINITIVO

EL SALTO AL ABISMO

Un relato incluído en el undécimo libro de Castaneda

«EL LADO ACTIVO DEL INFINITO»

Texto, comentario e interpretación


El texto original en inglés «The active side of infinity» fue publicado simultáneamente en los Estados Unidos y Canadá en 1999, en esta versión de bolsillo, del año 2000, un crítico literario de NEW YORK TIMES comentó que «Somos increíblemente afortunados de contar con la obra de Carlos Castaneda y con ello, no exageramos con el significado que todo lo que nos ha dejado». El texto que inserto a continuación ha sido traducido por mí a partir de este libro.

    EL SALTO AL ABISMO

Un solo sendero subía a la plana meseta. Después de llegar, me di cuenta de que no era tan extensa como parecía al contemplarla a la distancia. La vegetación de la meseta no difería de la vegetación de abajo; arbustos verduscos y de tallo leñoso que tenían la apariencia ambigua de árboles. A primera vista no vi el abismo. Sólo al conducirme allí don Juan, tuve conciencia de que la meseta terminaba en precipicio; en verdad, no era meseta, sino la cima plana de una montaña. Era redonda y las laderas al este y al sur estaban desgastadas; sin embargo, los lados que daban al oeste y al norte parecían haber sido partidos por un cuchillo. Desde el borde del precipicio podía ver el fondo del abismo, quizás a una distancia de unos doscientos metros. Estaba cubierto de las mismas plantas leñosas que crecían por todas partes.

    Antes de llegar allí, don Juan me había dicho que su tiempo sobre la tierra había llegado a su fin. Partía en su viaje definitivo. Sus pronunciamientos fueron devastadores para mí. Perdí el dominio sobre mí mismo, y entré en un estado de éxtasis fragmentado, quizá semejante a lo que experimenta la gente que sufre una crisis mental. Pero quedaba de mí un fragmento central cohesivo: el yo de mi niñez. Lo demás era vaguedad, incertidumbre. Había estado fragmentado por tanto tiempo que el regresar a ese estado fragmentado era la única salida de mi devastación.

Don Juan, su cohorte don Genaro, dos de sus aprendices, Pablito y Néstor, y yo, habíamos ascendido a esa montaña. Pablito, Néstor y yo estábamos allí para hacernos cargo de nuestra última tarea como aprendices: saltar al abismo, un asunto muy misterioso que don Juan me había explicado en varios niveles de conciencia pero que sigue siendo un enigma para mí hasta hoy día.

Don Genaro interrumpió, diciendo que otros guerreros-viajeros anteriores a nosotros también habían estado sobre esta misma meseta antes de emprender su viaje a lo desconocido. Don Juan me miró y en voz baja dijo que pronto entraría yo en el infinito con la fuerza de mi poder personal, y que don Genaro y él estaban allí sólo para despedirse de mí. Don Genaro de nuevo interrumpió y dijo que yo también estaba allí para despedirme de ellos.

-Una vez que entres en el infinito -dijo don Juan-, no puedes depender de nosotros para regresar. Se necesita tu decisión. Sólo tú puedes decidir si regresas o no. Debo también advertirte que pocos guerreros-viajeros sobreviven este tipo de encuentro con el infinito. El infinito es seductor hasta no más. Un guerrero-viajero descubre que el regresar a un mundo de desorden, compulsión, ruido y dolor es algo muy desagradable. Tienes que saber que tu decisión de quedarte o regresar no es cuestión de selección racional, sino cuestión de intentarlo. Si eliges no regresar -continuó-, desaparecerás como si la tierra te hubiera tragado. Pero si eliges regresar,tienes que amarrarte el cinturón y esperar como un verdadero guerrero-viajero hasta que termines tu tarea, fuese la que fuese, que concluya en éxito o en fracaso.

Un cambio muy sutil empezó a llevarse a cabo en mi conciencia. Empecé a recordar caras de personas, pero no estaba seguro de haberlas conocido jamás; un sentimiento extraño de angustia y afecto me empezó a afectar. La voz de don Juan ya no se oía. Extrañaba a personas que sinceramente dudaba haber conocido. De pronto, vino sobre mí un cariño insoportable por esas personas, quienes fueran. Mis sentimientos hacia ellos iban más allá de las palabras, y a la vez no podía decir quiénes eran. Solamente sentía su presencia, como si lo hubiera vivido anteriormente, o como si tuviera sentimientos para personas que conocí a través de mis sueños. Presentí que sus formas exteriores cambiaban: empezaron siendo altas y terminaron bajitas. Lo que quedaba intacto era su esencia, la cosa misma que me producía este sentimiento insoportable por ellos.

Don Juan vino a mi lado y me dijo: «El acuerdo era que te quedaras en la conciencia del mundo cotidiano». -Su voz era brusca y autoritaria-. «Hoy vas a cumplir con una tarea concreta -siguió-, el último eslabón de una larga cadena; y lo tienes que hacer en tu máximo estado de razón», fue la primera vez en que oí a don Juan dirigirse a mí en ese tono, era un hombre del todo distinto y a la vez, lo conocía bien, lo obedecí y regresé a la conciencia del mundo cotidiano. No sabía, sin embargo, que lo estaba haciendo. A mí me pareció, ese día, que me había sometido a don Juan por temor y respeto.

En seguida, don Juan se dirigió a mí en el tono al que estaba acostumbrado: «El sostén del guerrero-viajero es la humildad y la eficacia, el actuar sin expectativas y el resistir cualquier cosa que le surja en el camino». En aquel momento me sobrevino otro cambio en mi nivel de conciencia. La mente se me enfocó en un pensamiento o en un sentimiento de angustia. Supe entonces que había hecho un pacto con unas personas para morir con ellas, y no podía recordar quiénes eran. Sentí, sin duda alguna, que estaba mal que muriera solo. Mi angustia se volvió insoportable.

Don Juan volvió a hablarme: «Estamos solos. Ésa es nuestra condición, pero el morir solo no es morir en un estado de soledad». Empecé a respirar profundamente, sorbiendo aire para borrar la tensión. Al respirar, se me aclaró la mente. «La gran cuestión con nosotros los machos es nuestra fragilidad -siguió-. Cuando empieza a acrecentarse nuestra conciencia, crece como una columna, justo en el punto medio de nuestro ser luminoso, desde abajo hacia arriba. Esa columna tiene que llegar a bastante altura antes de poder uno contar con ella. En este momento preciso de tu vida, como chamán, fácilmente puedes perder dominio sobre tu nueva conciencia. Cuando haces eso, se te olvida todo lo que has hecho y visto en el camino del guerrero-viajero, porque tu conciencia regresa a la conciencia de tu vida cotidiana. Te he explicado que la faena de todo chamán es reclamar para él todo lo que ha hecho y lo que ha visto en el camino del guerrero-viajero cuando entraba en otros niveles nuevos de conciencia. El problema con cada chamán es que se olvida fácilmente, porque su conciencia pierde el nuevo nivel y se cae al suelo en un abrir y cerrar de ojos».

«Comprendo exactamente lo que me está diciendo, don Juan -le dije-. Quizás sea ésta la primera vez que he llegado a la plena realización de por qué me olvido de todo y recuerdo todo después. Siempre creía que mis cambios eran debidos a una condición personal. Ahora sé por qué suceden esos cambios, pero no puedo expresar en palabras lo que sé». 

«No te preocupes por las palabras -dijo don Juan-. Tendrás, al momento debido, todas las palabras que quieras. Hoy tienes que actuar desde tu silencio interior, desde lo que sabes sin saberlo. Sabes a la perfección lo que tienes que hacer, pero este conocimiento todavía no lo tienes completamente formulado en tus pensamientos».

Al nivel de sensaciones o pensamientos concretos, sólo sentía la vaga sensación de que sabía algo que no formaba parte de la mente que tenía. Tuve, en seguida, el sentimiento más claro de haber dado un enorme paso hacia abajo; algo pareció caerse dentro de mí. Fue casi como una sacudida. Supe en ese instante que había entrado en otro nivel de conciencia.

Don Juan me dijo que era obligatorio que un guerrero-viajero se despidiera de todos los que dejaba atrás. Debe decir sus adioses en una voz fuerte y clara para dejar grabados su grito y sentimientos en esas montañas para siempre.

Permanecí en espera durante mucho tiempo, no por vergüenza, sino porque no sabía a quién agradecer. Había absorbido interiormente el concepto de la brujería de que el guerrero-viajero no le puede deber nada a nadie. Don Juan había metido en mí un axioma de chamán: Los guerreros-viajeros pagan elegante, generosamente y con una ligereza sin par, cualquier favor, cualquier servicio que se les ha rendido. Así se deshacen de la carga de llevar deudas. Les había pagado, o estaba en proceso de pagarles, a todos lo que me habían honrado con su atención o cuidado. Había recapitulado mi vida a tal extremo que no había dejado piedra sobre piedra. Creía en verdad en aquel tiempo que no le debía nada a nadie. Le comenté a don Juan mis creencias y mi vacilación. Dijo don Juan que indudablemente había recapitulado mi vida totalmente, pero añadió que estaba muy lejos de estar libre de toda deuda.

-¿Y qué de tus fantasmas -siguió-, los que ya no puedes tocar?

Sabía a lo que se refería. Durante mi recapitulación, le había contado cada incidente de mi vida. De los cientos de incidentes que le había relatado, había extraído tres como muestras de deudas que había contraído muy temprano, y había añadido a esos tres la deuda que tenía con la persona gracias a la cual había conocido a don Juan. Le había agradecido a mi amigo profusamente, y tuve la sensación de que algo había reconocido mi agradecimiento. Los otros tres sucesos habían quedado dentro del reino de los relatos, relatos de mi vida y de gente que me había otorgado un obsequio inconcebible, y a quienes nunca les había dado las gracias. Uno de esos relatos tenía que ver con un hombre que había conocido de niño: el señor Leandro Acosta, archienemigo de mi abuelo, su verdadera némesis. Mi abuelo lo había acusado repetidas veces de robar pollos de su granja. El hombre no era un vagabundo, sino simplemente alguien que no tenía empleo ni firme ni definido. Era un tipo inconformista, jugador, dominador de muchas artes, hábil curandero, según él, cazador y proveedor de especímenes de insectos y plantas para los hierberos y curanderos locales, y de cualquier ave o animal para los taxidermistas o tiendas especialistas en animales vivos. Según lo que decía la gente, hacía muchísimo dinero, pero no podía ni guardarlo ni invertirlo. Tanto sus detractores como sus amigos, creían que podía haber puesto el mejor negocio de esa región, haciendo lo que mejor hacía: buscar plantas y cazar animales, pero estaba maldito con una rara enfermedad del espíritu que lo hacía inquieto, incapaz de dedicarse a nada por largo tiempo. Un día, paseando cerca de la granja de mi abuelo, vi que alguien me vigilaba desde la espesura del matorral, era Don Acosta. Puesto en cuclillas para evitar ser visto, mis ojos agudos de niño de ocho años sí lo pudo ver. Se camuflajeaba manteniéndose completamente quieto, era un oteador, un acechador como pocos, es lógico que mi abuelo creyese que el causante de los robos. Y le acompañé cuando dispuso marcharse al interior del bosque, a partir de ahí, hicimos amistad y lo acompañaba a cazar, acudía a diario, desde la salida del sol a la puesta y mi abuelo no quería que ese hombre influyese sobre mí, estuvo dispuesto a echarle las autoridades, pero descubrí que el motivo primordial fue la envidia que mi abuelo le tenía y traté de limitar mis encuentros con él, pero era demasiada la atracción. Luego un día, el señor Acosta y tres de sus amigos me propusieron algo que él nunca había hecho: cazar un buitre, vivo y sin haberlo herido. Me explicó que los buitres de esa región, que eran enormes y llegaban a tener una envergadura de dos metros, tenían siete tipos diferentes de carne en el cuerpo y que cada uno de esos siete tipos tenía un propósito específico para la curación. Dijo que lo deseable era que el buitre no se hiriera. El buitre tenía que ser muerto por tranquilizante, pero no con violencia. Era fácil matarlos con escopeta, pero en ese caso la carne perdía su valor curativo. Así es que el arte era cazarlos vivos, algo que él nunca había hecho. Había llegado a una solución con mi ayuda y la ayuda de tres de sus amigos. Me aseguró que su conclusión era la más debida ya que estaba basada en cientos de ocasiones de haber observado el comportamiento de los buitres. «Necesitamos un burro muerto para llevar a cabo esta faena, algo que ya tenemos -me declaró alegremente». «Vamos a sacarle los intestinos y le metemos allí unos palos para mantener la redondez de la panza».

-¿Y cuál va a ser mi papel en todo esto, señor Acosta? -le pregunté.-«Tú te escondes dentro del burro» -me dijo inexpresivo- «...esperas a que el rey de los buitres rasgue con su enorme pico poderoso el ano del burro y meta la cabeza para empezar a comer. Entonces lo agarras del pescuezo con las dos manos y no lo dejas suelto por nada. Y así, fue como sucedió tras largos preparativos, que llegó esa hora fatídica en la que me tuve que enfrendar a un buitre horrendo, al que le agarré la cabeza y de manera violenta, me golpeó contra la armadura, y al instante quedé medio fuera del cadáver del burro, armadura y todo, agarrado del cuello de la bestia invasora con toda la fuerza de mi vida. Oí a la distancia el galope del caballo del señor Acosta. Oí que gritaba:-¡Suéltalo, chico, suéltalo, que te va a llevar volando! Pero tras una gran lucha con el animal, exhausto, atrapamos ese buitre y desde ese instante, todo el interés que tuve por asociarme al señor Acosta, desapareció tan repentinamente a como vino, no hubo oportunidad para agradecerle cuanto me había enseñado.

Don Juan dijo que me había enseñado la paciencia del cazador en el mejor momento para aprenderla; y sobre todo, me había enseñado a sustraer de la soledad todo el alivio que necesita el cazador.

-No puedes confundir la soledad con estar solo -me explicó don Juan una vez-. La soledad para mí es psicológica, es un estado mental. El estar solo es físico. Uno debilita, el otro da alivio. Por todo esto, don Juan había dicho, tenía yo una gran deuda para siempre con el señor Acosta, comprendiera o no el estar agradecido de la manera que lo comprende un guerrero-viajero.

La segunda persona con la cual don Juan pensaba que tenía que estar agradecido era con un niño de mi misma edad que conocí a los diez años. Se llamaba Armando Velez. Tal como su nombre, era extremadamente elegante, tieso, en resumen, un niño viejo. Me gustaba porque era seguro en lo que hacía y a la vez muy amigable. Era alguien a quien no se lo podía intimidar fácilmente. Se metía a pelearse con cualquiera si era necesario y sin embargo no era para nada un bravucón.

Y una lista nutrida de personajes y sus vivencias con ellos me han ido surgiendo de manera ininterrumpida en lo alto de aquella plana de la montaña, esos sucesos ya pasados muchos años atrás me fueron rememorados como si me acabasen de suceder. Cuando les expresé mi agradecimiento, logré que regresaran a esa cima. Al terminar mis gritos, mi soledad era algo inexpresable. Estaba llorando desconsoladamente. Don Juan me explicó con gran paciencia que la soledad es inadmisible para un guerrero. Dijo que los guerreros-viajeros pueden contar con un ser sobre el cual pueden enfocar todo su afecto, todo su cariño: esta tierra maravillosa, la madre, la matriz, el epicentro de todo lo que somos y de todo lo que hacemos; el mismo ser al cual todos regresamos; el mismo ser que permite a los guerreros-viajeros emprender su viaje definitivo.

Entonces don Genaro ejecutó un acto de intento mágico para mi beneficio. Acostado sobre el estómago, hizo una serie de movimientos deslumbrantes. Se convirtió en un globo de luminosidad que parecía estar nadando como si la tierra fuera una alberca. Don Juan dijo que era la manera en que Genaro abrazaba la inmensa tierra y a pesar de la diferencia de tamaño, la tierra reconocía ese gesto de Genaro. La visión de los movimientos de Genaro y la explicación de don Juan transformaron mi soledad en una felicidad sublime.

-No soporto la idea de que se vaya, don Juan -me oí decir-. El sonido de mi voz y lo que había dicho me avergonzó. Cuando empecé a sollozar involuntariamente, debido a mi autocompasión, me sentí aún peor. -¿Qué me pasa don Juan? -murmuré-. No soy así de costumbre. Lo que te pasa es que tu conciencia está de nuevo al nivel de tus talones -me replicó, riéndose.

Entonces perdí el último ápice de dominio y me entregué por completo a mis sentimientos de decaimiento y desesperanza.Me voy a quedar solo -dije en una voz chillante-. ¿Qué va a pasar conmigo?-Veámoslo de esta manera -dijo don Juan tranquilamente-. Para que yo deje esta tierra y me enfrente a lo desconocido, necesito de toda mi fuerza, de todo mi dominio, de toda mi suerte; pero sobre todo, necesito cada ápice de los cojones de acero de un guerrero-viajero. Para quedarte aquí y batallar como un guerrero-viajero necesitas todo lo que yo mismo necesito. Aventurarse allí afuera adonde vamos nosotros no es broma, pero tampoco lo es quedarse aquí.

Tuve un arranque de emoción y le besé la mano.-¡So, so, so! -me dijo-. ¡No más falta les vas a hacer un altar a mis guaraches! La angustia que me sobrevino cambió mi estado de autocompasión a un sentimiento de pérdida sin igual. -¡Se va usted! -murmuré-. ¡Se va para siempre!

En aquel momento don Juan me hizo algo que me había hecho repetidas veces desde el día en que lo conocí. Se le infló la cara como si el profundo suspiro que tomaba lo hubiera inflado. Me dio un toque fuerte en la espalda, con la palma de su mano izquierda y dijo:-¡Levántate de tus talones! ¡Levántate! . Al instante, estaba yo de nuevo coherente, completo, con total dominio. Sabía lo que me esperaba. Ya no había vacilación por mi parte, ni preocupación por mí mismo. No me importaba lo que me iba a pasar cuando se fuera don Juan. Sabía que su partida era inminente. Me miró, y en esa mirada me lo dijo todo.

-Nunca más estaremos juntos -me dijo calladamente-. Ya no necesitas mi ayuda; y no te la ofrezco, porque si vales como guerrero-viajero, me escupirás en la cara por ofrecértela. Más allá de ciertos parámetros, la única felicidad de un guerrero-viajero es su estado solitario. No quisiera que tú trataras de ayudarme tampoco. Una vez que me vaya, me habré ido. No pienses más en mí porque yo no voy a pensar más en ti. Si eres un guerrero-viajero que vale lo que pesa, ¡sé impecable! Cuida tu mundo. Hónralo; vigílalo con tu vida.

Se alejó de mí. El momento estaba más allá de la autocompasión o de las lágrimas o de la felicidad. Movió la cabeza como para despedirse o como si reconociera lo que yo sentía. -Olvídate del Yo y no temerás nada, no importa el nivel de conciencia en que te encuentres -me dijo.

Tuvo un arranque de levedad. Me hizo una última broma sobre esta tierra.-¡Ojalá encuentres amor! -me dijo. Levantó su palma hacia mí y estiró los dedos como un niño, contrayéndolos luego contra la palma.-Ciao -dijo.

Sabía que era inútil sentir tristeza o lamentarme y que era tan difícil quedarme como para don Juan irse. Los dos estábamos dentro de una maniobra energética irreversible que ninguno de los dos podía detener. Sin embargo, quería unirme con don Juan, seguirlo a donde fuera. Se me ocurrió la idea de que si me moría él me llevaría con él.

Entonces vi cómo don Juan Matus, el nagual, conducía a sus quince compañeros videntes, sus protegidos, sus deleites, a desaparecer uno por uno en la bruma de aquella meseta hacia el norte. Vi cómo cada uno de ellos se convertía en un globo luminoso y juntos ascendían y flotaban encima de la cima de la montaña como luces fantasmas en el cielo. Dieron una vuelta sobre la cima de la montaña tal como había dicho don Juan que lo harían; su última vista, la que es sólo para sus ojos; su última vista de esta tierra maravillosa. Y luego se desvanecieron.

Supe lo que tenía que hacer. Se me había acabado el tiempo. Eché a correr a toda velocidad hacia el precipicio y salté al abismo. Sentí el viento en mi cara por un momento, y luego, la negrura más piadosa me tragó como un pacífico río subterráneo.